lunes, 24 de febrero de 2014

TASKSCAPE


Mi oferta para María Langarita consiste en la reconversión de su actual vivienda en una casa capaz de dar cabida tanto a sus necesidades actuales como futuras. Ofrecerle una manera de relacionarse con la ciudad, integrándose en ella para poder evolucionar conjuntamente sin necesidad de una tabla rasa cada x tiempo. Esto se debe a mi interés de encontrar un equilibrio asumible entre la vida moderna y la naturaleza. Compaginar dos modelos que hoy parecen enfrentados y en el que cientos de personas trabajan actualmente para poder resolver.


Para ello he fijado mi atención en dos personajes vivos que forman parte de la vida urbana del barrio de Arturo Soria en Madrid-enclave de mi proyecto-. La vegetación y los habitantes.



LA VEGETACIÓN


En primer lugar, se trata del elemento más situacional. La presencia o no de hojas, su abundancia, coloración o floración nos sitúa claramente en una estación concreta. Marcan el ciclo de la vida urbana. Cuando las sombras de las copas de los árboles recaen sobre los bancos, los viandantes se sientan si hace calor, o todo lo contrario en los días fríos. Incluso la especie puede ser un elemento situacional de identidad como lo son las palmeras en Elche.

También conectan o desconectan visualmente el espacio público y privado. El entresijo de copas que se produce en primavera consigue crear un manto verde que unifica y difumina límites. Mientras que los cipreses o enredaderas colocados sobre tapias rompen la línea visual y delimitan claramente que esta fuera y que está dentro. Algo a tener en cuenta ya que pretendo integrar un hogar, el espacio privado por excelencia dentro de la vida urbana. Para ello huiré de esto último.

Por último también hay que tener en cuenta la repercusión tanto ecológica como sensitiva que los espacios verdes nos transmiten. La ecológica es indiscutible, reducen la contaminación, atraen la lluvia como si de una bomba biótica se tratase, o reducen el impacto acústico. Integrar estos aspectos resulta interesantísimo si lo que se busca es una coexistencia armoniosa en el tiempo. En cuanto a la sensitiva (los olores, ruidos de insectos, pájaros, humedad) busco que sea un factor que me ayude a dar cohesión, a tejer espacios y relaciones para que los tránsitos no sean tan bruscos.

                                                                LOS HABITANTES
http://www.youtube.com/watch?v=1gRIbpctbSU

Me he apoyado en este video ya que muestra como una actividad común como es el mercado ayuda a favorecer las relaciones vecinales duraderas y a crear un sentimiento de integración que propicia el cuidado de espacios comunes y la búsqueda de un espacio mejor para todos.

En el video se observa como se conocen, como la relación avanza en el tiempo y como siguen vinculados a un mismo espacio. Esto es algo que no ocurre en la actualidad-pero que busco crear- en el barrio de Arturo Soria al tratarse de un zona residencial con poca mixticidad de usos.  Para modificar esta situación es necesario crear una actividad o fin común que consiga interesar y atraer al vecindario.

domingo, 23 de febrero de 2014

CONTEXTO


El proyecto parte de la idea de convertir la actual vivienda de María Langarita en una casa que pueda adaptarse tanto a las necesidades actuales como futuras, en un intento de reducir la huella ecológica y concienciar de la importancia de la reutilización. Por este motivo el contexto es el supuesto actual barrio de María. He elegido el barrio de Arturo Soria por tratarse de un barrio residencial, bien comunicado por metro y de un nivel social que puede corresponderse con el de una joven arquitecta reconocida. 
Una vez elegido un barrio donde resultaría plausible que residiera actualmente, he elabarado un plano propio de análisis de las características de interés (tanto del barrio como de la vivienda) que pueden influir en el posterior diseño de proyecto.

miércoles, 19 de febrero de 2014

MOOD BOARD (versión B)



MADERA: la integración de un material tan noble y antiguo en una arquitectura y diseño moderno. Su puesta en valor como material renovable y de actualidad.

NUEVOS USOS: la búsqueda de nuevos usos de materiales y objetos ya rechazados para integrarlos en un nuevo diseño.

CROMOTERAPIA: el estudio de los colores y su relación con el estado anímico que inducen a sus habitantes.

INTEGRACIÓN: la integración en la vida doméstica del espacio natural y sus ciclos.

RELACIÓN CON EL EXTERIOR: parte de la misma idea, así como me interesa la integración de la naturaleza en el interior también la relación de la vivienda con el exterior me interesa. La respuesta que ofrece la vivienda y sus habitantes a su entorno. Su oposición o aceptación.

RECONVERSIÓN: preparación y adaptación de espacios para las necesidades futuras. Construcciones pensadas para el hoy y el mañana.

RECORRIDOS Y RELACIONES: análisis de cómo los recorridos internos influyen y determinan las relaciones dentro del hogar y viceversa.






lunes, 17 de febrero de 2014

ASCRIPCIÓN AL MITO


Aubrey actúa por convicción, no busca reconocimiento, solo estar en paz consigo misma. Sabe que el miedo es un sentimiento poderoso pero que no excusa ni inhibe de culpas a actos desafortunado.  Por ello busca mediante sus acciones ser fiel a sus creencias y a si misma, hacer todo lo posible por cambiar una situación que considera injusta, sin importarle que este avalada por el Gobierno actual o lo que sus actos puedan ponerla en peligro. Es consciente de los riesgos que asume y esta dispuesta a pagar el precio necesario.


Actuar según tus propias creencias, aunque ese camino sea más difícil, cambiar situaciones que consideras injustas o negativas. Ese es el mensaje.

MOODBOARD versión a



EL MITO DE AUBREY BECHER

La noticia de la suerte de la familia Abendis llegó a casa de Aubrey sin causar la más mínima conmoción. Se los llevaron miembros de la SS en plena noche sin levantar demasiado revuelo. Tres gritos, dos cristales rotos y un disparo, esos eran los números.

No hubo lágrimas en Aubrey -la hija mayor de los Becher-  al recibir la noticia, ya no le quedaban. Demasiadas familias conocidas habían corrido la misma suerte en los últimos meses. Una trágica suerte de la que ella se sabía exenta, gracias al cargo que su padre ostentaba en el partido y a su muy demostrada catolicidad a lo largo de 5 generaciones.

Los Bechers pertenecían a la clase dominante sí, pero nunca lo hicieron por convicción, ya pertenecían al partido Nacional Socialista antes de su desvirtuación, y cuando empezaron los brazaletes, los desfiles y el odio, creyeron que ya solo les quedaba el miedo y la culpa,  mezclados a partes iguales. Culpa por haberle dado alas al monstruo y miedo por todo acto que pudiera disgustarlo.

El miedo y la culpa son dos sentimientos muy poderosos, pero aun más fuerte era la determinación de Aubrey por contribuir a corregir la abominable situación de la que en parte se sentía responsable.

Por eso aquella mañana del 15 de Julio en vez de llorar, se metió en la bañera llena de leche hasta que su piel se volvió tan blanca como ella. Con el agua oxigenada con la que curaba las heridas de su hermano pequeño, tiñó su melena castaña clara hasta que se tornó del color de las primeras acacias de la primavera. Y comió menta hasta que sus ojos se tornaron de su mismo verde. A donde se dirigía no podía llevarse su apellido, y solo la más caucásica de las apariencias podría servirle de protección.

Recogió sus pertenencias, el dinero que había conseguido ahorrar y partió dejando una nota. “No me busquéis, decid que marché a Italia. Todo saldrá bien”

Y así, Aubrey Becher desapareció para siempre. Aquel mismo día los Aliados ingresaron a un nuevo miembro entre sus filas. Una joven nativa de aspecto frágil, sin preparación alguna pero con  férreas convicciones.


Aubrey nunca fue determinante en la Gran Guerra, su nombre no fue recogido en ningún documento ni recibió jamás ningún reconocimiento. Pero ayudó; quizá salvó media docena de vidas y quizá con una sola para ella el riesgo ya mereció  la pena.

lunes, 10 de febrero de 2014

¿CÓMO AFRONTAR EL DÍA A DÍA?

Han existido a lo largo de los años muchas vertientes arquitectónicas tan dispares como dispares eran sus formas de ver el mundo; el futurismo, el constructivismo…Pero en pleno sXXI me resulta difícil encontrar semejanzas en corrientes pasadas para este mundo presente.

Existen también, infinidad de teóricos actuales debatiendo sobre cómo y qué debe ser la arquitectura, desde Franco José Tomas con la Tiny House hasta Andrés Jaque con su reflexión sobre Madrid, y como ellos miles.

Demasiadas visiones y puntos de vista, con sus virtudes y sus defectos, como para estudiarlas todas. Y  ninguna perfecta.  Ninguna a la que poder aferrarme con uñas y dientes para solucionar la infinidad de tesituras a la que la profesión me aboca.

Sin embargo, a pesar de los muchos cambios, ideológicos, políticos o sociales; siempre encuentro en la coherencia esa ancla a la que aferrarme. Una coherencia conmigo misma,  que se basa en hacer lo que creo más adecuado en cada momento y circunstancia. Aunque si  en algo más me baso es en la creencia de que el análisis del lugar y  nuestra historia condiciona de una manera significativa la buena arquitectura. No entiendo la arquitectura sin el lugar. Costa Rica no es la Sabana africana, y un edificio difícilmente puede ser un artefacto intercambiable. En Alvar Aalto y su forma de entender y materializar la presencia del lugar en su arquitectura siempre encontré un referente.

Pero ¿dónde encaja todo esto? O ¿Dónde encajo yo, más bien?  Nos encontramos en una sociedad que corre más deprisa de lo que la Tierra puede regenerarse, eso es indiscutible. El cambio climático ya es una realidad. Nuestro ¨lugar¨ está cambiando, y en esta controversia radica mi interés.

No pretendo salvar el mundo, pero si trabajar sobre una arquitectura concienciada con este gran problema. Busco compatibilizar nuestras necesidades y deseos con la reducción significativa de nuestra huella ecológica. Encontrar la manera de hacer posible nuestra existencia contemporánea de una forma sostenible.

Hablo de la reducción de espacios, de las energías renovables, de la reutilización. Pero también de la comprensión de las necesidades actuales y futuras del individuo. Crear espacios cuya durabilidad se alargue en el tiempo para que no sea necesaria la creación de otro nuevo.


No me interesa la radicalidad en esas posturas, sino su integración con el modelo de vida actual. Ser útil en su divulgación y en la comprensión tanto de su necesidad como de su posibilidad. Ofrecer otro punto de vista que complete el abanico de visiones ya existentes. Aprender y colaborar con personas como Judit Aragonés (miembro de Estudio Dinamik y propulsora del debate sobre la arquitectura sostenible en Tetuán). Y así, entre todos intentar dar solución a la situación actual.

lunes, 3 de febrero de 2014

EN BUSCA DE LA INNOVACIÓN

Innovación, una palabra  hoy en  boca de todos pero que a los arquitectos persigue desde sus inicios.  Desde la profesión siempre se ha buscado la innovación, la diferenciación del resto, la singularidad. Sin embargo, en la actualidad esta palabra toma otro matiz. Nos vemos obligados a buscar la innovación en la periferia de nuestro campo, a la invención casi de nuevas competencias en las que poder ser útiles.

Nuestro hábitat natural se ha vuelto hostil,  la creación de espacios físicos y tangibles –imprescindibles por un lado- se ha vuelto apenas una quimera con la que solo los afortunados pueden soñar. No obstante esto no significa el fin, ni el declive de la profesión. Vivimos en un mundo de constantes cambios, más veloces que nunca gracias al avance de las nuevas tecnologías. Y en esta vorágine de cambios es donde un individuo creativo como el arquitecto tiene más posibilidades.

Pero todo cambio requiere una adaptación y es en eso en lo que debemos centrarnos. Debemos olvidarnos quizás del arquitecto entendido como ente creador solitario capaz de abarcar por si solo todos los campos. Y abrirnos a la posibilidad de una comunidad capaz de abarcar todos los frentes que la actualidad requiere y en busca de un mismo fin. Un fin que debe ser entendido como propio por cada individuo, para permitirle trabajar apasionadamente, alejándose así del simple negocio. Y entender ese trabajo global como parte importante de su forma de vida, tanto educacional como social. Una vuelta en cierto modo  a las escuelas, donde cada ser trabaja en simbiosis con sus compañeros para llegar a ese fin común.

Aunque esta adaptación no se limita exclusivamente a la forma de afrontar la profesión, sino que este cambio de paradigmas influye en el propio núcleo de su ser. El arquitecto hoy en día debe ser creador y erudito también de lo incorpóreo, de espacios alejados de lo tangible pero sobre todo, a mi parecer, debe ser capaz de reformular y compatibilizar la arquitectura existente con las nuevas necesidades que esta cambiante sociedad trae consigo. No podemos seguir permitiéndonos la tabla rasa, debemos sensibilizarnos con nuestra realidad y readaptar nuestro ayer y nuestra visión a un presente que cada vez se acerca más al futuro. Un futuro que debemos permitir que siga existiendo.

Tengo la convicción que desde la profesión estamos abiertos al cambio, se nos va en parte el futuro en ello. Sin embargo, nuestra búsqueda de la innovación, allá donde este, debe ir acompañada de una transformación política y social que nos permita el ejercicio de nuestra profesión de una manera libre y segura. Somos una sociedad y como tal debemos avanzar.