Enciendo el portátil, conecto el cargador para no tener que
estar pendiente de la batería, desenrollo en toda su longitud el cable del
ratón y lo alejo del ordenador; busco una superficie adecuada y me siento en la
silla. Mientras AutoCad arranca repaso los jpg del trabajo anterior, tanto el
material entregado como el descartado.
Abro el dwg de la planta que en la última sesión di por
buena mientras busco mi bloc de notas. En él tengo apuntados todas las dudas y
conflictos que he encontrado hasta la fecha. Observo la planta. Analizo todas
las estancias, una a una. Busco aquella más representativa de la vivienda, la
que me aporte más información y también más dudas.
Me decido por el salón ya que tiene la mayor apertura al
exterior y es la carta de presentación y centro neurálgico de la vivienda.
También es la que más dudas me sugiere.
Una vez elegida la estancia rastreo sus puntos de conflicto
y busco una posición que pueda mostrármelos con claridad. Reviso mis notas,
entre ellas destaca sobre el subrayado “Espacio fluido”, “Exterior-interior
difuso”. Vuelvo a observar la planta y descarto aquellos puntos de vista que no
tienen una visión clara del exterior. Me decido por una vista que muestra casi
al 50% ambas partes.
Una vez situada en la estancia realizo una línea de sección.
Recorto la parte escogida y subo rápidamente las líneas de sección. Primero los
muros, después las alturas del pavimento, rectifico la altura de los muros al
percatarme que no había considerado el pavimento y por último el mobiliario
seccionado. Este paso es en cierta medida rutinario, se trata de ir de lo
principal a lo accesorio. Sin embargo
descubro pequeños errores que no había tenido en consideración.
A continuación debo elegir el punto de vista, este paso si
requiere concentración ya que una mala elección conllevaría un dibujo vacuo en
información. Puedo optar por un punto de vista cercano a mi altura para plasmar
cual sería mi visión de este espacio. Me pongo a ello y lanzo las líneas
principales y descubro que el techo tiene una importancia exagerada en el
dibujo mientras que el suelo –uno de los puntos de interés en mi diseño- apenas
tiene relevancia.
Pruebo con un punto más elevado, lanzo las líneas
principales y aunque se acerca más a lo deseado sigue sin convencerme. Realizo
este paso hasta en tres ocasiones más hasta que el resultado es de mi agrado.
No obstante percibo que mi punto de vista original está demasiado escorado a la
derecha. Rectifico moviéndome a la izquierda hasta en dos ocasiones hasta darlo
por bueno.
Una vez elegido el punto de vista y trazadas sus líneas
principales continúo dibujando. Primero
el interior. Este queda definido rápidamente al ser un prisma sencillo. En este
punto descubro que el umbral entre el salón y la cocina está poco definido. Así
que dibujo un marco, sin embargo se come espacio a la derecha y no resulta
coplanario con el cerramiento por lo que rectifico y los dibujo en forma de L
invertida.
Una vez realizado este cambio centro mi atención en el
pavimento. Repaso lo dibujado en planta y lo traslado sin modificaciones a mi
sección fugada. Es aquí cuando percibo el problemas de las alturas que había
quedado oculto en la visión en planta. Todos los pavimentos no pueden quedar a
la misma altura y tampoco deberían tener una continuación con el espacio
exterior. Lo primero es una percepción, lo segundo una necesidad. Realizo
varias pruebas, cambio alturas, espesores y soportes hasta que el resultado me
resulta satisfactorio de acuerdo al proyecto.
Continúo dibujando el interior hasta el más mínimo detalles
para aplazar el exterior. Este paso no requiere de excesiva atención, es
simplemente dibujar.
Una vez me dispongo a empezar con el exterior repaso la
planta. Vuelvo a percibir la falta de espacio exterior protegido. Vuelvo a mi sección
y dibujo un porche rápido en la zona acristalada. Tras dibujarlo me percato del
problema de la luz. Debería ser demasiado estrecho para permitir la entrada de
luz. Esto es algo que se podría haber analizado también en planta. Sin embargo,
es más probable que hubiera podido pasar
desapercibido.
Una vez descartada la zona acristalada repaso de nuevo la
planta, otra vez la sección y decido cubrir la zona de la entrada. Para eso
necesito subir la altura de la tapia perimetral (otro dato que la planta no
mostraba).
Tras dibujarlo percibo la excesiva sensación de
enclaustramiento, por ello opto por combinar paramentos sólidos con permeables.
Este es otro dato que solo la sección fugada (al situarte dentro del espacio)
consigue mostrar.
Decidido esto, el resto son temas gráficos que no permiten
avanzar en el proyecto más allá de la elección de colores de las capas; que en
este caso me permite empezar a percibir los contrastes de colores neutros
frente a vivos.
La mayor aportación de este proceso es el comprobar si
aquellos espacios que funcionaban en planta también fluyen en la realidad y si
resultan atractivos. Te permite una mayor visualización de la realidad del
dibujo y percatarte de problemas prácticos como pueden ser las alturas en los
pavimentos. Esto también se podría conseguir con el modelado. Sin embargo, esta
forma de trabajo permite una percepción similar aunque menos precisa pero más
rápida y abierta al cambio.
Esta herramienta nos lleva a una arquitectura ortogonal de
paramentos rectos ya que trabajar con curvas resulta más complejo y menos
adecuado. Lleva también a una arquitectura más centrada en los espacios
interiores que en los volúmenes. No obstante, hay que tener cuidado para que no
se produzca una desconexión al tratar espacios por separado. Y tener en cuenta
que es una visión aproximada de la realidad, nunca exacta.
Esta herramienta está siendo utilizada por muchos
arquitectos en concursos por su facilidad de comprensión y de mostrar en un
solo dibujo la sección y el programa de actividades. Jorge Amazan es asiduo a
ella. Su arquitectura también es ortogonal y él en muchos caso introduce la
sección constructiva dentro del dibujo. A destacar también la importancia que
le da a los núcleos de comunicación vertical o a mobiliario.