Cuando se nos propuso continuar trabajando con la normativa
para avanzar en nuestro proyecto empecé a cuestionarme que normativas o leyes
referentes a que temas podrían aportarme
un mayor empuje en mi investigación. Tras un primer análisis escogí dos que estimé
podrían aportarme más información en este punto de la investigación. El
referente a la resistencia al fuego y el acústico, quedando este último en un
segundo plano, al ser fácilmente realizable al solo buscar un aislamiento
acústico en una estancia.
La primera normativa estudiada fue el DB SI, concretamente
el apartado 4.3 referido a tejidos. La idea de comenzar esta investigación
surgió de una conversación telefónica con Silvia Fitur de la empresa Ferrari.
En un principio, la conversación versó sobre las características de los
tejidos, en ese momento surgió el conflicto de cómo catalogar el prototipo que
me hallo diseñando.
En un primer momento le adjudique la categoría de cerramiento
textil, con un requerimiento M2. Sin embargo, al comentárselo a Silvia Fitur me
explicó que esa categoría solo se adjudicaba a elementos textiles colocados en
exteriores, al sobreentenderse que si el ejemplo aportado por el CTE era
referente a un elemento exterior, todo el apartado hacía referente a elementos
únicamente exteriores. Por lo que, en su defecto, me proponía una clasificación
de “Clase 1” (mucho menos exigente), si lo considerábamos como un elemento
colgado.
En definitiva, tras estudiar el DB SI y la conversación con
la experta en tejidos tenía dos posibilidades. La primera, considerarlo como lo
que yo consideraba que era, un elemento constructivo textil, con su
consiguiente requerimiento M2 o eliminar la consideración de tensado para
equipararlo a un elemento colgado como pueden ser las cortinas. De esta manera
únicamente requeriría una “Clase 1” que cumplen de por si la mayoría de los
tejidos que me encuentro estudiando.
La primera opción poseía una mayor verdad proyectual, sin
embargo suponía tener que tratar químicamente a la mayoría de tejidos para
convertirlos en ignífugos y que pasaran el test de la norma UNE 13773 que los
acreditaría para poder ser utilizados en construcción. El problema de estos
tratamientos, a parte del encarecimiento, eran los posibles cambios de color,
entre otras características del material, que no quería que se produjesen, ya que mi interés radica
en integrar en el hogar las sensaciones que produce un tejido natural.
Querría hacer un inciso en mi discurso, para explicar que
aunque la posibilidad de no cumplir la norma siempre existió, la descarté,
porque siendo sincera, en mi futuro profesional no me veo desobedeciendo
conscientemente una normativa que podría conllevarme responsabilidades civiles
debido a la intranquilidad que me supondría. Por lo que mi punto de partida
siempre fue el de buscar un consenso entre normativa y proyecto.
Volviendo al tema central de mi discurso, la opción B
(considerar mi prototipo como un elemento colgado) me podría aportar la
posibilidad de utilizar el tipo de tejidos deseados, pero incurriría en una falsedad,
ya que no está colgado sino tensado, por lo que tampoco me sentía cómoda en
esta situación.
Investigando otras normativas y posibilidades de tejidos me
fijé en un material que en un principio había pasado desapercibido, la lana. Un
material intrínsecamente ignífugo que se adaptaría a todos mis requerimientos y
también a los normativos. No obstante, no quería limitarme a un único material
ya que busco crear un juego de materiales y texturas.
Y fue al continuar investigando sobre otras aplicaciones de
los materiales textiles cuando encontré una exposición sobre arte textil que me
dio una idea que no solo permitía utilizar los materiales deseados sino que
también casaba con la idea de propuesta de involucrar el cambio de la ciudad en
la vivienda.
La idea dada por la exposición “Arte Textil Contemporánea”
publicada por el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile en Octubre de 2012.
Consiste en considerar las particiones como una instalación artística
cambiante, en la que jóvenes artistitas expondrían sus trabajos gratuitamente a
cambio de ser publicitados en la página web del estudio de Langarita-Navarro.
Reflexionando sobre la necesidad o no de la reformulación de
la normativa que he estudiado esta semana, creo que si bien a mi las
imposibilidades normativas me han llevado a un giro proyectual que considero
más interesante, también considero que habría que reformularla ya que no tiene
en cuenta la posibilidad de aportar sistemas frente al fuego adicionales que
aseguren la seguridad de los habitantes.
“Arte Textil Contemporánea” publicada por el Museo Nacional
de Bellas Artes de Chile en Octubre de 2012 accesible en: http://issuu.com/chilecrea/docs/artetextil?e=6038614/2632320
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